Llegó el verano! Es el momento de protegerse frente al “golpe de calor”
Desde la Jefatura de Servicio de Prevención de Riesgos Laborales del Ayuntamiento de Sevilla nos hacen estas recomendaciones de seguridad y salud en trabajos a la intemperie con exposición a altas temperaturas.
El trabajo a la intemperie con exposición a altas temperaturas y, en su caso, agravado por la realización de actividades con requerimientos físicos, pueden provocar un aumento de la temperatura corporal que genere las circunstancias necesarias para sufrir un “golpe de calor” al someternos a un nivel térmico inasumible.
La situación se puede ver empeorada por nuestras condiciones individuales, por ejemplo: dificultades respiratorias, dolencias cardiacas, obesidad, diabetes…
El tipo de trabajo que se va a realizar, también es un factor a considerar al valorar la exposición a niveles de calor elevados, ya que el requerimiento físico conlleva una mayor temperatura corporal, por tanto debe ser tenido en cuenta en trabajos como la construcción, la agricultura…
Para evitar un golpe de calor, es muy importante reconocer los síntomas, pues en demasiadas ocasiones pasan desapercibidos y no se toman a tiempo las medidas necesarias para evitar sus consecuencias.
Debemos ponernos en alerta si nos sentimos cansados, con dolor de cabeza, mareos, náuseas y vómitos, si necesitamos realizar respiraciones rápidas y cortas, o por ausencia de sudor…
El golpe de calor tiene la consideración de urgencia médica, por lo que ante la sospecha de su aparición es conveniente avisar a los servicios de emergencias (112).
¿Cuáles pueden ser las consecuencias del golpe de calor? A modo de ejemplo: síncope por calor, desmayos, calambres, e incluso el fallecimiento.
Riesgos generales
Los trabajos al aire libre realizados en épocas estivales, y en concreto, los realizados en el sector de la construcción, pueden suponer situaciones de riesgo importante con consecuencias importantes para el trabajador debido a las altas temperaturas soportadas durante la realización de las tareas habituales.
El calor puede ser un peligro para la salud. El cuerpo humano, para poder funcionar con normalidad, necesita mantener una temperatura en torno a los 37º C. Por encima de los 38ºC, se pueden empezar a producir daños para la salud.
El aumento de la temperatura corporal puede ser debido a factores ambientales (temperatura, humedad, carga solar y velocidad del aire) o al trabajo físico realizado.
El riesgo de estrés térmico para una persona expuesta a un ambiente caluroso, depende de la producción de calor de su organismo como resultado de su actividad física y de las características del ambiente que le rodea, que condiciona el intercambio de calor entre el ambiente y el cuerpo. Cuando el calor generado por el organismo no puede ser emitido al ambiente, se acumula en el interior del cuerpo, aumentando la temperatura y finalmente, producir daños.
Un exceso de calor en el organismo también puede agravar dolencias previas (enfermedades cardiovasculares, respiratorias, renales, cutáneas, diabetes…)
Los factores de riesgo que hay que controlar son:
El tiempo de exposición (duración del trabajo)
Factores personales como edad. Forma física, medicación, patologías, sobrepeso, consumo de alcohol, drogas, falta de aclimatación…
La aclimatación al calor es el mecanismo por el cual el organismo es capaz de adaptarse a las distintas temperaturas por medio de repetidas exposiciones, permitiendo de esta manera una mejor tolerancia al calor.
Es un proceso gradual y dura entre 1 y 2 semanas. En ausencia prolongadas, entorno a un mes, se `pierde la aclimatación al calor.
Consecuencias del calor
Golpe de calor. Insolación. Calambres musculares. Colapso por calor
Golpe de calor:
Es el cuadro médico más grave que se produce cuando el cuerpo es incapaz de regular su propia temperatura y se produce una situación de desajuste térmico. Los síntomas son:
Taquicardia (aumento de la frecuencia cardiaca), y alteración en la tensión arterial
Irritabilidad, confusión.
Respiración rápida y débil.
Disminución de la sudoración, piel caliente, roja y seca.
Desmayo.
Cómo actuar frente al golpe de calor:
Avisar al 112. Colocar al afectado a la sombra.
Medidas preventivas ante la exposición solar y temperaturas elevadas en trabajos a la intemperie
Conocer la previsión meteorológica de las olas de calor, las alertas y el plan de prevención previsto por nuestra Comunidad Autónoma.
Durante las olas de calor, evitar en la medida de lo posible y según necesidades del servicio realizar las tareas de mayor esfuerzo físico en horario de máxima carga solar (de 13 a 17,30 horas), así como las tareas pesadas, peligrosas y en solitario. Valorar la rotación de los trabajadores expuesto si es preciso realizar trabajos en los días calurosos.
Acordar entre los representantes de los trabajadores y la empresa una jornada de trabajo racional, en verano, con el fin de evitar los trabajos antes referidos, en las horas de más calor.
Utilizar ropa amplia, ligera, de color claro y transitable.
Evitar la exposición solar directa sobre la cabeza (utilizar gorras, sombreros…).
Si el trabajo es en la intemperie valorar la posibilidad de utilizar sombrillas.
Beber abundante agua aunque no tenga sed. No ingerir café, bebidas con cafeína, ni alcohol para evitar deshidratación.
No realizar comidas copiosas y con grasas. Es recomendable tomar sal en las comidas para que nos pida agua el cuerpo.
Realizar pausas en la tarea, adaptando el ritmo de trabajo a la tolerancia al calor y en caso de notarse algún síntoma buscar zona de sombra y avisar a un compañero para que esté alerta por si es preciso avisar al 112.