Desde la fundación de este Sindicato en Sevilla, en la década de los años noventa del pasado siglo, más concretamente cuando participa en las primeras elecciones sindicales, ganándolas, crea una revolución en el colectivo de la Policía Local. Supuso un revulsivo, en muchos aspectos, que afectó a las plantillas de policías.
Éstas presentaban carencias que exigían una reestructuración en la forma y en el contenido. Como toda revolución, se aspiró a eliminar lo viejo, lo obsoleto, lo antiguo, lo inamovible, por modelos y actividades novedosas que consiguieran revertir la situación que existía.
Uno de los cometidos del nuevo Sindicato se centró en la Formación policial. Era una necesidad imperiosa el aperturar la Formación a todo el colectivo de la Policía Local, donde la igualdad de trato y la transparencia de gestión fueran los baluartes principales.
Para conseguir el fin propuesto:
Hubo que romper muros procedimentales que evitaban acceder, con igualdad de trato, a los aprendizajes policiales.
Hubo que conseguir que los cursos formativos llegasen traslúcidamente a todos los interesados en formarse.
Hubo que llamar a las puertas donde se encontraba la Formación para que se abrieran: ESPA, FAMP, Diputación, Universidad…
Hubo que crear confianza en los policías para demostrar que las solicitudes de los cursos que necesitaban, no se quedarían guardadas en un cajón.
Hubo que trabajar con el único fin para evidenciar que la Formación policial era y es una necesidad, y por tanto, un derecho de todo trabajador de lo público; y máxime cuando se realiza un trabajo con un uniforme al servicio de la ciudadanía.
Los integrantes de aquel sindicalismo luchador poseían una filosofía de principios que se basaba en no renunciar a todo aquello que le pertenecía al uniformado. Este ideal fue y ha sido el impulsor de este Sindicato (hoy SPPME-A) para enfrentarse en la lucha por la defensa de los derechos y deberes de sus afiliados.
Esta convicción determinó que la Formación se valorara como una columna robusta, que sostiene la actividad policial que todo agente local debe ejercer profesionalmente.
Así pues, una vez eliminadas esas paredes opacas que impedían alcanzar conocimientos policiales, algunos específicos de policía local, se traza como meta conseguir organizar y convocar su propia Formación, condicionada ésta a los límites presupuestarios que tiene un sindicato que no era ni es subvencionado.
Además de lograr que los integrantes policiales asistieran a las actividades formativas convocadas por la ESPA u otra institución, invirtió parte de los ingresos, por cuota sindical, en cursos que el propio Sindicato celebraba. En las primeras acciones formativas, para poder ser impartidas, se solicitó a los interesados su colaboración mediante una aportación económica para poder sufragar el gasto que supone toda actividad formativa: profesorado, aula, material didáctico o alquiler de los medios técnicos.
El Sindicato, en su lucha por evolucionar, consiguió que las unidades formativas que convocase, fuesen gratis para los convocados. Alcanzar la gratuidad ha conllevado ajustarse al presupuesto que se planifica anualmente; dependiente éste de las afiliaciones. Al ser éstas ascendentes, permiten mantener la Formación.
A continuación, se muestra un historial de todas aquellas actividades formativas, en sus diferentes tipologías (cursos, jornadas, conferencias, talleres, etc.) y modalidades (presencial, semipresencial y online) que el SPPME-A ha organizado y convocado con el único fin de asegurar que “el policía más armado es el mejor formado”.
Para cumplir con esta aseveración, evidente es que hay que potenciar la Formación policial, pues ésta es una necesidad para todo agente de policía que quiera desarrollar su trabajo con garantías, tranquilidad, seguridad, confianza… Y dominio de sus conocimientos.